Aquí, de Richard McGuire: una extraordinaria experiencia con el tiempo como protagonista
16/11/2015
Con sorpresa y fascinación recibimos la llegada de Aquí, una obra experimental que presenta el paso del tiempo, de miles de millones de años, a través del mismo espacio. Un experimento narrativo y gráfico innovador que marca un antes y un después en el noveno arte.
El padre del ilustrador norteamericano Richard McGuire tenía la costumbre de fotografiar todos los años a sus hijos en el mismo rincón de su casa y en las mismas posturas, y puede que ahí naciera el germen de la idea que el artista desarrolla en Aquí, el rupturista experimento formal recién editado por Salamandra Graphic. Por así decirlo lo que nos cuenta este libro es un montón de instantes distintos ocurridos en un mismo espacio durante millones de años, un plano fijo focalizado en un punto concreto por donde vemos pasar el pasado y el futuro.
Construida a través de 150 páginas dobles situadas en el salón de una casa neoyorquina esta obra supone la materialización definitiva de un relato de tan sólo seis páginas que el propio McGuire publicó en el año 1989 en la revista Raw, dirigida por Art Spiegelman y Françoise Mouly, provocando en aquel momento una auténtica revolución sobre las posibilidades expresivas del cómic. Su concreción, veinticinco años después en este libro, conlleva avanzar aún más en los límites del arte secuencial.
Para empezar en la obra aparecen multitud de instantes distintos en otros tantos momentos temporales. Este libro no cuenta una historia, sino que presenta fragmentos de muchas historias diferentes. Estos retazos pasados (flash-backs) y futuros (flash-forwards) son en ocasiones gotas únicas, pero también existen aquellos desenvueltos durante tres o cuatro viñetas, lo que nos permite seguir, o intuir, la acción narrada. Hay también momentos imaginados (imposible saber exactamente cómo era ese lugar hace tres mil millones de años o cómo será dentro de trescientos) en los que el autor juega con las distintas posibilidades, y otros con una base autobiográfica. Diferentes tramas narrativas entrecruzadas en el mismo espacio. Si que hay personajes a los que vemos aparecer más de una vez, pero el protagonista, el único protagonista es el mismo que el argumento: el tiempo. Así de simple y así de complejo.
Su carácter rupturista, experimental e innovador hace que ingrese en un selecto e interesantísimo grupo de títulos que exploran las fronteras (si es que existen) de la historieta, como 3 Segundos, donde Marc-Antoine Mathieu crea un puzzle narrativo sirviéndose del viaje de un fotón de luz durante ese minúsculo espacio de tiempo, o 99 ejercicios de estilo, de Matt Maden, que cuenta la misma acción de 99 estilos distintos basándose en el pilar de la escritura creativa realizado por Raymons Queneau.
Aquí resulta ser una lectura que constituye una experiencia extraordinaria. Precisa de la complicidad y de la capacidad de atención de sus lectoras y lectores para poder exprimir todo el capital evocador que posee, y les otorga el don, limitado a ese espacio en concreto, de una visión omnímoda.
Todo esto le aporta una especial expresividad a la idea del paso del tiempo, y también a lo pequeña o insignificante que resulta la existencia humana en comparación con la existencia de la Tierra como planeta y, por consiguiente, del lugar que vemos representado a lo largo del libro. Como dice una de esas grandes y turbadoras verdades: «El mundo seguirá a dar vueltas sobre sí mismo cuando nosotros ya no estemos aquí».
Aquí
Richard McGuire
Salamandra Graphic
Tomos: 1
 y futuros (flash-forwards) son en ocasiones gotas únicas, pero también existen aquellos desenvueltos durante tres o cuatro viñetas, lo que nos permite seguir, o intuir, la acción narrada. Hay también momentos imaginados (imposible saber exactamente cómo era ese lugar hace tres mil millones de años o cómo será dentro de trescientos) en los que el autor juega con las distintas posibilidades, y otros con una base autobiográfica. Diferentes tramas narrativas entrecruzadas en el mismo espacio. Si que hay personajes a los que vemos aparecer más de una vez, pero el protagonista, el único protagonista es el mismo que el argumento: el tiempo. Así de simple y así de complejo.Su carácter rupturista, experimental e innovador hace que ingrese en un selecto e interesantísimo grupo de títulos que exploran las fronteras (si es que existen) de la historieta, como 3 Segundos, donde Marc-Antoine Mathieu crea un puzzle narrativo sirviéndose del viaje de un fotón de luz durante ese minúsculo espacio de tiempo, o 99 ejercicios de estilo, de Matt Maden, que cuenta la misma acción de 99 estilos distintos basándose en el pilar de la escritura creativa realizado por Raymons Queneau.Aquí resulta ser una lectura que constituye una experiencia extraordinaria. Precisa de la complicidad y de la capacidad de atención de sus lectoras y lectores para poder exprimir todo el capital evocador que posee, y les otorga el don, limitado a ese espacio en concreto, de una visión omnímoda.Todo esto le aporta una especial expresividad a la idea del paso del tiempo, y también a lo pequeña o insignificante que resulta la existencia humana en comparación con la existencia de la Tierra como planeta y, por consiguiente, del lugar que vemos representado a lo largo del libro. Como dice una de esas grandes y turbadoras verdades: «El mundo seguirá a dar vueltas sobre sí mismo cuando nosotros ya no estemos aquí».AquíRichard McGuireSalamandra GraphicTomos: 1 "Compartir en Facebook")
