Cortázar, de Jesús Marchamalo y Marc Torices: retrato de un enormísimo cronopio
05/06/2017
Durante los últimos meses comentamos en repetidas ocasiones el buen momento que atraviesa el cómic de carácter biográfico. Raro es el mes en el que no aparezca uno o varios títulos dedicados a narrar la vida de alguna figura relevante, personajes destacados en campos tan distintos como la pintura, la política, las ciencias, el compromiso social o la literatura, como es el caso que hoy nos ocupa. Cortázar es un nuevo ejemplo de la bonanza en la biografía gráfica que reúne además, de una manera maravillosa, varias de nuestras filias: un dibujante al cual seguimos desde hace tiempo con atención (Marc Torices) emplea una forma de expresión artística que nos fascina (la historieta) para reproducir los episodios vitales que el periodista Jesús Marchamalo destaca de nuestro escritor preferido (Julio Cortázar). Poco más podíamos pedir.
Pero cualquier idea preconcebida salta por los aires al sumergirse en las páginas de este hermoso libro. Con elegancia, cariño y originalidad sus autores recorren la cautivadora vida del escritor argentino que nación en Bruselas y murió en París. Construyen, puede que incluso sin saberlo, un regalo extraordinario para todas las personas que queremos, tanto, tantísimo, a Julio. Y, al mismo tiempo, abren una puerta de entrada magnífica para aquellas que no conozcan el mundo de Cortázar.
El autor de Rayuela fue uno de los máximos representantes del llamado boom de la literatura hispanoamericana a mediados del siglo XX, junto a otros escritores como García Márquez, Carlos Fuentes o Vargas Llosa. Su famosa novela (o contranovela) se convirtió, casi de manera inmediata tras su publicación en 1963, en una obra de culto por su temática y por su estructura. El realismo mágico escondido en lo cotidiano encontró en sus cuentos un lugar perfecto para dejarse ver. Las grandes pasiones del propio narrador, como fueron la música, los juegos (lúdicos, de palabras, de perspectivas), o el compromiso político empapan toda su obra, haciendo de ella algo único y trazando con sus lectores y lectoras una relación casi personal, casi individual, difícil de apreciar en otros casos y que elevó a Cortázar a la categoría de mito.
Su vida estuvo llena también de instantes mágicos, de encuentros y desencuentros, de viajes y de coincidencias sorprendentes. Julio, argentino convertido en francés adoptivo, altísimo, con aspecto de eterno adolescente, melómano y fumador empedernido, soñador idealista, vivió sus casi setenta años con la sombra del azar como compañera habitual, pero sobre todo con coherencia y libertad. Y con este mismo espíritu Marchamalo y Torices llevan a las viñetas los momentos que consideran más importantes de la existencia cortazariana.
Destacamos el trabajo del guionista, que afrontó la difícil tarea de escoger estos momentos para escribir su relato. Evidentemente, con una vida tan rica en anécdotas como la que tuvo Cortázar resulta imposible, para el conocedor o conocedora de su trayectoria, no echar de menos alguna, pero consideramos que Marchamalo ha realizado un gran trabajo en su selección y ofrece una visión bastante próxima de lo que fue y de lo que es el escritor argentino.
Pero, especialmente, nos declaramos maravillados y completamente fascinados por el trabajo gráfico de Marc Torices, que, a pesar de su juventud, confirma (y sobrepasa) las expectativas que sobre él creamos tras leer varias de sus obras anteriores. En este libro, su primer proyecto de gran extensión, realizado a lo largo de dos años, muestra todo su talento con una auténtica exhibición de recursos y estilos diversos. Con una libertad creativa que, con seguridad, sería muy del gusto de Julio Cortázar, Marc experimenta, busca, exprime y juega con los recursos del noveno arte de un modo siempre acertado e imaginativo. De esta manera la construcción de las páginas, los recursos narrativos que emplea, el cromatismo del álbum, su portada…todo, todo, absolutamente todo encaja a la perfección con la estela dejada por la vida y obra del genial escritor.
La excelente edición de Nórdica, que cuida hasta el más pequeño detalle, hace justicia al fenomenal trabajo de sus autores y presenta un artefacto, un objeto, que es ya en sí mismo una obra de arte con la cual deleitarse, pero que además contiene buena parte del legado de un escritor querido y admirado como pocos. Sin duda estamos ante una de las obras más hermosas editadas en mucho tiempo, un libro que deja en nosotros un enorme poso de agradecimiento a Jesús Marchamalo y Marc Torices. Así pues sólo nos queda recomendaros su lectura y, por supuesto, la de las obras de Cortázar, esperando que os guste(n) tanto como a nosotros.
Cortázar
Jesús Marchamalo / Marc Torices
Nórdica
Tomos: 1
 emplea una forma de expresión artística que nos fascina (la historieta) para reproducir los episodios vitales que el periodista Jesús Marchamalo destaca de nuestro escritor preferido (Julio Cortázar). Poco más podíamos pedir.
Pero cualquier idea preconcebida salta por los aires al sumergirse en las páginas de este hermoso libro. Con elegancia, cariño y originalidad sus autores recorren la cautivadora vida del escritor argentino que nación en Bruselas y murió en París. Construyen, puede que incluso sin saberlo, un regalo extraordinario para todas las personas que queremos, tanto, tantísimo, a Julio. Y, al mismo tiempo, abren una puerta de entrada magnífica para aquellas que no conozcan el mundo de Cortázar.El autor de Rayuela fue uno de los máximos representantes del llamado boom de la literatura hispanoamericana a mediados del siglo XX, junto a otros escritores como García Márquez, Carlos Fuentes o Vargas Llosa. Su famosa novela (o contranovela) se convirtió, casi de manera inmediata tras su publicación en 1963, en una obra de culto por su temática y por su estructura. El realismo mágico escondido en lo cotidiano encontró en sus cuentos un lugar perfecto para dejarse ver. Las grandes pasiones del propio narrador, como fueron la música, los juegos (lúdicos, de palabras, de perspectivas), o el compromiso político empapan toda su obra, haciendo de ella algo único y trazando con sus lectores y lectoras una relación casi personal, casi individual, difícil de apreciar en otros casos y que elevó a Cortázar a la categoría de mito.Su vida estuvo llena también de instantes mágicos, de encuentros y desencuentros, de viajes y de coincidencias sorprendentes. Julio, argentino convertido en francés adoptivo, altísimo, con aspecto de eterno adolescente, melómano y fumador empedernido, soñador idealista, vivió sus casi setenta años con la sombra del azar como compañera habitual, pero sobre todo con coherencia y libertad. Y con este mismo espíritu Marchamalo y Torices llevan a las viñetas los momentos que consideran más importantes de la existencia cortazariana.Destacamos el trabajo del guionista, que afrontó la difícil tarea de escoger estos momentos para escribir su relato. Evidentemente, con una vida tan rica en anécdotas como la que tuvo Cortázar resulta imposible, para el conocedor o conocedora de su trayectoria, no echar de menos alguna, pero consideramos que Marchamalo ha realizado un gran trabajo en su selección y ofrece una visión bastante próxima de lo que fue y de lo que es el escritor argentino.Pero, especialmente, nos declaramos maravillados y completamente fascinados por el trabajo gráfico de Marc Torices, que, a pesar de su juventud, confirma (y sobrepasa) las expectativas que sobre él creamos tras leer varias de sus obras anteriores. En este libro, su primer proyecto de gran extensión, realizado a lo largo de dos años, muestra todo su talento con una auténtica exhibición de recursos y estilos diversos. Con una libertad creativa que, con seguridad, sería muy del gusto de Julio Cortázar, Marc experimenta, busca, exprime y juega con los recursos del noveno arte de un modo siempre acertado e imaginativo. De esta manera la construcción de las páginas, los recursos narrativos que emplea, el cromatismo del álbum, su portada…todo, todo, absolutamente todo encaja a la perfección con la estela dejada por la vida y obra del genial escritor.La excelente edición de Nórdica, que cuida hasta el más pequeño detalle, hace justicia al fenomenal trabajo de sus autores y presenta un artefacto, un objeto, que es ya en sí mismo una obra de arte con la cual deleitarse, pero que además contiene buena parte del legado de un escritor querido y admirado como pocos. Sin duda estamos ante una de las obras más hermosas editadas en mucho tiempo, un libro que deja en nosotros un enorme poso de agradecimiento a Jesús Marchamalo y Marc Torices. Así pues sólo nos queda recomendaros su lectura y, por supuesto, la de las obras de Cortázar, esperando que os guste(n) tanto como a nosotros.CortázarJesús Marchamalo / Marc ToricesNórdicaTomos: 1 "Compartir en Facebook")
