Siempre tendremos 20 años, de Jaime Martín: el honesto testimonio de una época, una vocación y una vida

Siempre tendremos 20 años


Jaime Martín, a pesar de su aspecto juvenil, es todo un corredor de fondo en el mundo del cómic. Comenzó su carrera casi al mismo tiempo que Komic Librería, hace más de treinta años, y en la actualidad es un autor consolidado y respetado. Hace casi una década, sin embargo, se encontró en un momento complicado a nivel creativo, sin tener muy claro cuál iba a ser su siguiente proyecto. Su incipiente carrera en el mercado francés, gracias a álbumes como Lo que el viento trae y Todo el polvo del camino, le había abierto nuevas perspectivas a un artista que parecía encasillado en el papel de «cronista de barrio» y que, para sorpresa de algunos, fue mostrando una interesante evolución que lo confirmó como un excelente y versátil narrador.

Siempre tendremos 20 años

En ese mencionado periodo de falta de inspiración Jaime decide, por sugerencia materna, contar el servicio militar de su padre en Marruecos a comienzos de los años sesenta, en un relato que oscila entre el género histórico y el costumbrismo familiar. El resultado, un magnífico álbum editado en 2014 y titulado Las guerras silenciosas, terminó por ser entonces una de nuestras principales recomendaciones del año. Y también fue, sin saberlo nosotros y puede que tampoco su responsable, la primera entrega de una atípica e inesperada trilogía sobre su familia, que continuó magistralmente con Jamás tendré 20 años (2016) —centrándose aquí en las vivencias de sus abuelos maternos—, y que ahora concluye con Siempre tendremos 20 años, en el que nos cuenta su propia historia.

Siempre tendremos 20 años

Martín inicia su relato el 20 de noviembre de 1975 cuando, con nueve años, comienza a percibir entre confuso y emocionado los aires de cambio que se intuyen tras la muerte de Franco. Al igual que había hecho en los dos álbumes anteriores, mezcla con maestría y soltura su propia intimidad y la de su familia con los vibrantes cambios y acontecimientos que vive la sociedad española después de casi cuarenta años de dictadura franquista. Trasformaciones especialmente relevantes en la vida de un chico de Hospitales, que empezó su adolescencia al mismo tiempo que llegaba la democracia con libertades inimaginables tan sólo unos años antes.

Siempre tendremos 20 años

Las experiencias iniciáticas de esos años, normalmente compartidas con su grupo de amigos, y esos descubrimientos fundamentales que marcan para siempre —sobre todo en lo que respecta a la música y al cómic—, conectan esta obra con otro de nuestros títulos favoritos: Historias del barrio, de Gabi Beltrán y Bartolomé Seguí, con la diferencia de que en Siempre tendremos 20 años encontramos menos angustia existencial y más atención al mundo que rodea al autor.

Siempre tendremos 20 años

Porque lo cierto es que, a través de las sencillas y significativas anécdotas que Jaime Martín recrea, reproducidas con cariño pero sin nostalgia, vemos cómo el autor va aprendiendo sobre la vida al tiempo que nos lleva a revisitar la transición, especialmente sus primeros años, sin edulcorar y desde su perspectiva, la de un chico de un barrio obrero en los alrededores de una gran ciudad. Sin adornos o eufemismos temas como la drogadicción, la «mili», la violencia callejera, la precariedad laboral o los conflictos sociales aparecen en sus viñetas mientras traza el retrato de una generación entera, a veces escondida, a veces silenciada.

Siempre tendremos 20 años

Aquí encontramos uno de los grandes atractivos de esta obra y de sus dos antecesoras: puede que sin pretenderlo, el autor le da voz a los que normalmente no la tienen, a las personas que difícilmente aparecerán en los libros de historia. Y lo hace con naturalidad y precisión, sin alardes ni maniqueísmos, aprovechando al máximo su dibujo de trazo limpio y su talento como contador de historias.

Siempre tendremos 20 años

Pero, por si todo esto fuese poco, Siempre tendremos 20 años resulta ser también una oportunidad única de asistir a la evolución de un autor y de un sistema artístico y editorial a lo largo de varias décadas. De primera mano observamos los comienzos de Martín, el inquebrantable convencimiento que tiene desde niño de convertirse en historietista, siguiendo por diversos momentos, con sus triunfos y éxitos, mas también con sus fracasos y dudas, que fueron marcando su trayectoria hasta llegar dónde hoy se encuentra. A medida que vemos su progresión apreciamos asimismo la experimentada por la industria del cómic en los últimos años, en un documento de gran interés para los amantes de este arte.

Siempre tendremos 20 años

Es esta, pues, una lectura entretenida y reconfortante, un libro hecho con un cariño tremendo que se percibe desde su primera página, un retrato generacional con gran poder evocativo para los que vivieron aquella época, y un testimonio honesto sobre un tiempo de grandes cambios. Una obra, en definitiva, que os recomendamos enormemente y que deja en nosotros un poso de merecido agradecimiento, una inmensa sensación de gratitud hacia un historietista que siempre tendrá 20 años.


Siempre tendremos 20 años

Siempre tendremos 20 años
Jaime Martín

Norma Editorial
Tomos: 1