El cuentacuentos, de Zidrou y Raphaël Beuchot: un canto a la vida, a la libertad y a la palabra

Komic L¡ibrería: El cuentacuentos


Cuentan que hubo un tiempo en el que hombres y mujeres, en lugar de quedarse pasmados delante de una pantalla, se reunían alrededor de la chimenea o de una hoguera y contaban historias. Historias que hacían reír y también llorar, que permitían soñar y conocer, imaginar y aprender. La figura del narrador/a, el cuentacuentos era apreciada y querida, y sus palabras tenían el poder de hacer viajar a las personas que escuchaban su relato, e permanecer dentro de ellas eternamente.

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Pues bien, en estos días en los que a veces olvidamos la necesidad que tenemos de las historias y de la poesía, llega hasta nosotros uno de esos cuentos que alimentan el espíritu y defienden la literatura oral como parte fundamental de nuestra identidad: El Cuentacuentos, una obra que es un canto a la vida, la libertad y la palabra.

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Su autor, Zidrou, a pesar de que sólo una pequeña parte de su obra está traducida al castellano, ya nos había dejado trazos de su condición de buen cuentista en títulos como Lydie o La anciana que nunca jugó al tenis. Su estilo, aparentemente sencillo, resulta cálido y próximo al lector, fluye de manera muy natural, algo que percibimos especialmente en esta fábula ambientada en África que es mucho más de lo que parece a primera vista.

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El Cuentacuentos nos narra la historia de Solueymane, un cuentacuentos al que todos conocen por el acertado sobrenombre de Érase una vez y que va de aldea en aldea acompañado por Toubab, un mono albino. Sus relatos, expresados a través de sus marionetas y sombras chinas, fascinan y sorprenden a su público, pero también hacen que sueñe y piense, algo que no gusta nada a ciertas autoridades, que le prohíben contar sus historias. Nuestro protagonista, convencido de la fuerza de la palabra, desafiará al poder establecido en este cuento que mezcla ternura y violencia, vida y muerte, opresión y justicia.

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El apartado gráfico le corresponde al debutante Raphaël Beuchot, que hace un trabajo excelente y nada sencillo al plasmar en el papel el maravilloso guión de Zidrou. Su dibujo, hermoso, versátil y colorido, traslada los numerosos matices de un texto que aporta mucha información y en el que la frontera entre lo real y lo imaginado es muy fina. Un guión sabiamente escrito donde la palabra va a ser un elemento central, hasta el punto de que el guionista no tiene reparos en cederle la voz a sus personajes para que hablen directamente con el lector, sean personas, animales, o incluso objetos. Y así aprovecharán para contarnos sus pequeñas historias, como la del mono Toubab y su viaje desde el Himalaya hasta África, la de Mamina, una viejecita que nunca dejó de soñar con su príncipe, o la de Golkiper, que quiere ser portero de fútbol en compañía de su amigo Sprite.

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Os recomendamos, pues, esta pequeña maravilla que resulta ser, como dicen en el propio libro: "amarga como la muerte, dulce como la vida y suave como el amor"... Que disfrutéis con su lectura!


Komic Librería: El cuentacuentosEl cuentacuentos
Zidrou / Raphaël Beuchot

Norma
Tomos: 1