Revienta, cerdo, de Pascal Rabaté y Simon Hureau: cuarto y mitad de tragicomedia negra
Didier, un amable carnicero, vive tranquilamente con su mujer y su hijo. Esta apacible existencia se va a tambalear cuando descubre que Sandrine, su pareja, lo engaña con Eric, un amigo de la familia. Nuestro protagonista asume este hecho con pusilanimidad en un primer momento y sufre en silencio su situación hasta que el rencor puede con él y, con inusitada paciencia, busca venganza...
Este argumento, no excesivamente original, lo hemos visto un montón de veces en la literatura, en el cine, en la historieta... y en la vida real. Pero en manos de un creador como Pascal Rabaté cobra una nueva visión que enganchará a los lectores y lectoras desde la primera hasta la última página.
Para empezar aporta su tradicional originalidad con un detalle que os sonará a muchas y muchos de vosotros: Didier tiene una grandísima pasión, que no es otra que el cómic. En su casa posee una notable biblioteca (en la que encontramos nombres tan familiares como Tardi, Baudoin, Robert Crumb o Daniel Clowes), las estanterías que ocupan los cientos y cientos de libros que atesora están decorados con figuritas y estatuas, sobre todo de Tintín, y antes de que su hijo vaya dormir lee con él alguna aventura de Johan y Pirluit. En definitiva, que entre su familia, su trabajo y sus tebeos la vida resulta tan satisfactoria para él que la traición será doblemente dolorosa.
Rabaté es un interesantísimo, inquieto y polifacético autor (guionista, dibujante, incluso realizador cinematográfico) que tiene una gran capacidad para construir relatos donde mezcla ligereza y la profundidad de manera magistral. Títulos como Íbicus o Río Abajo forman ya parte de los clásicos del fondo de Komic Librería por méritos propios. Excelente narrador y gran observador de la realidad cotidiana, acostumbra realizar historias aparentemente sencillas protagonizadas por personas normales y corrientes, pero siempre con el acierto de dar más de lo que parece a primera vista.
Es el caso de esta comedia (o mejor dicho, tragicomedia) negra, donde el ácido dibujo de Simon Hureau encaja perfectamente con el guión, diseñando los escenarios y paisajes con detallismo pero empleando un estilo más caricaturesco en los personajes, lo que le confiere, paradójicamente, mayor realismo y definición. Apreciamos también el excelente trabajo de la colorista Claire Champion, que dota de vida las viñetas de Hureau.
Una obra, pues, que sin buscar una posición dogmática explora la moralidad de las relaciones de pareja y lo cerca que cualquiera de nosotros puede estar de una situación límite, con un entramado narrativo muy bien armado que sorprenderá a los que os acerquéis hasta sus páginas.
Revienta, cerdo
Pascal Rabaté / Simon Hureau
Norma
Tomos: 1