Out of my brain, de M.A. Martín: existencia teñida de un nihilismo descorazonador
10/11/2014
Nos ha pillado por sorpresa reencontrarnos con un personaje tan entrañable como Brian The Brain al que conocimos como niño pequeño, en una fase intermedia como preadolescente y que ahora vemos como un demacrado treintañero que a duras penas ha conseguido encajar en una aséptica sociedad futurista.
Miguel Ángel Martín (León, 1960) es uno de los autores de cómic españoles más respetados y galardonados tanto a nivel nacional como internacional. Polémico y controvertido por su estilo directo y crudo y sobre todo por la forma explícita que tiene de tratar temas tabú para la mayoría de gente de su generación. Fue, sin ningún género de dudas, un visionario al crear este personaje a comienzos de los noventa.
Al releer las primeras historias de Brian (recopiladas por La Cúpula en la colección Brut y posteriormente en un tomo integral todavía disponible) sorprende la exactitud de lo que entonces imaginó el autor sobre los avances en materias como genética, nanotecnología, robótica o implantes. Estos son algunos de los temas que surgen en las historias de Brian, aparentemente de forma casual, ya que nuestro interés principal no dejará de ser nunca la difícil aventura que supone cada uno de los días de nuestro protagonista.
Miguel Ángel Martín ha reconstruido el mito del monstruo que a la vez personifica la pureza y una extraordinaria dulzura creando un fuerte contraste con lo que le rodea y a la vez con el resto de su obra.
Brian ha nacido con una deformación genética como consecuencia de los experimentos a los que se ha sometido su madre durante mucho tiempo: su cerebro está expuesto, no tiene cráneo. Esto, que no deja de ser un simbolismo, también le ha dotado de ciertas aptitudes como la telepatía, la telequinesia y una inteligencia superior. Durante su infancia, igual que su madre, ha servido de cobaya en BIO-LAB y al llegar a la edad adulta (igual que a millones de jóvenes de Occidente) le han encontrado un anodino trabajo de oficina.
Cuando era un niño, y pese a su elevado grado de conciencia, no le importaba exponer su deformidad. Convivió con niños normales mientras se lo permitieron e intentó ser todo lo feliz que pudo. Luego compartió su existencia con otros niños con discapacidades y tuvo que ver auténticas atrocidades.
Ahora de adulto oculta su cerebro bajo un gorro que nunca se quita (algo también muy significativo), prefiere estar al margen, no se relaciona y le cuesta controlar su telequinesia y sus pensamientos, que de forma involuntaria se convierten en palabras. No utiliza redes sociales, a las que considera demasiado superficiales y narcisistas, y como ya le ocurriera en la preadolescencia, cuando cree haber encontrado a alguien para establecer una relación gratificante y afectuosa la oportunidad se desvanece al instante y para siempre.
En Out of my brain, el nuevo tomo que Rey Lear-Reino de Cordelia acaba de publicar con exquisito gusto y con el que concluyen las aventuras de Brian, el autor ha formulado una serie de paralelismos asombrosos y precisos. Aparentemente un álbum menos intenso que el de su niñez y teñido de un nihilismo descorazonador, exactamente igual que la existencia de Brian.
Lo más probable es que Miguel Ángel Martín se haya vuelto a adelantar a su tiempo.
Out of my brain. Viaje sin retorno
Miguel Ángel Martín
Rey Lear
Tomos: 1
 es uno de los autores de cómic españoles más respetados y galardonados tanto a nivel nacional como internacional. Polémico y controvertido por su estilo directo y crudo y sobre todo por la forma explícita que tiene de tratar temas tabú para la mayoría de gente de su generación. Fue, sin ningún género de dudas, un visionario al crear este personaje a comienzos de los noventa.Al releer las primeras historias de Brian (recopiladas por La Cúpula en la colección Brut y posteriormente en un tomo integral todavía disponible) sorprende la exactitud de lo que entonces imaginó el autor sobre los avances en materias como genética, nanotecnología, robótica o implantes. Estos son algunos de los temas que surgen en las historias de Brian, aparentemente de forma casual, ya que nuestro interés principal no dejará de ser nunca la difícil aventura que supone cada uno de los días de nuestro protagonista.Miguel Ángel Martín ha reconstruido el mito del monstruo que a la vez personifica la pureza y una extraordinaria dulzura creando un fuerte contraste con lo que le rodea y a la vez con el resto de su obra.Brian ha nacido con una deformación genética como consecuencia de los experimentos a los que se ha sometido su madre durante mucho tiempo: su cerebro está expuesto, no tiene cráneo. Esto, que no deja de ser un simbolismo, también le ha dotado de ciertas aptitudes como la telepatía, la telequinesia y una inteligencia superior. Durante su infancia, igual que su madre, ha servido de cobaya en BIO-LAB y al llegar a la edad adulta (igual que a millones de jóvenes de Occidente) le han encontrado un anodino trabajo de oficina.Cuando era un niño, y pese a su elevado grado de conciencia, no le importaba exponer su deformidad. Convivió con niños normales mientras se lo permitieron e intentó ser todo lo feliz que pudo. Luego compartió su existencia con otros niños con discapacidades y tuvo que ver auténticas atrocidades.Ahora de adulto oculta su cerebro bajo un gorro que nunca se quita (algo también muy significativo), prefiere estar al margen, no se relaciona y le cuesta controlar su telequinesia y sus pensamientos, que de forma involuntaria se convierten en palabras. No utiliza redes sociales, a las que considera demasiado superficiales y narcisistas, y como ya le ocurriera en la preadolescencia, cuando cree haber encontrado a alguien para establecer una relación gratificante y afectuosa la oportunidad se desvanece al instante y para siempre.En Out of my brain, el nuevo tomo que Rey Lear-Reino de Cordelia acaba de publicar con exquisito gusto y con el que concluyen las aventuras de Brian, el autor ha formulado una serie de paralelismos asombrosos y precisos. Aparentemente un álbum menos intenso que el de su niñez y teñido de un nihilismo descorazonador, exactamente igual que la existencia de Brian.Lo más probable es que Miguel Ángel Martín se haya vuelto a adelantar a su tiempo.Out of my brain. Viaje sin retornoMiguel Ángel MartínRey LearTomos: 1 "Compartir en Facebook")
