Cuadernos rusos, de Igort: la denuncia hecha arte
14/07/2014
Igor Tuveri, más conocido por su nombre artístico Igort, es un vanguardista e inquieto ilustrado e historiestista italiano con muchos años de carrera a sus espaldas. De ascendencia rusa, hace unos años sorprendió con una durísima obra realista titulada Cuadernos Ucranianos (Sins Entido), que tiene ahora continuación con este Cuadernos Rusos (La guerra olvidada del Cáucaso), editado por Salamandra Graphic.
En Cuadernos Ucranianos, un título valiente, de lectura dura pero necesaria, se alejaba de su estilo habitual y por primera vez empleaba el género documental, reflejando muchas de las cosas que lo impresionaron en un viaje a la ex-república soviética, entrevistando a gente mayor que recordaba el terrible genocidio que Stalin llevó a cabo en Ucrania en los años treinta, y cediendo sus páginas para que su historia fuera contada. Ahora, en Cuadernos Rusos (La guerra olvidada del Cáucaso), Igort hace un escalofriante retrato de la vida y de la libertad en la Rusia de nuestros días.
Aunque puede resultar increíble a nuestros ojos occidentales, la situación actual del gigante ruso es dantesca, desde hace unos veinte años el poder está en manos de grandes oligarquías financieras que gobiernan a su antojo, con la connivencia del estado. De las cenizas del régimen comunista nació una violenta dictadura disfrazada, con la complicidad de la comunidad internacional, de democracia.
Todos y todas aquellos que osan levantar su voz contra los excesos del régimen de Putin ponen su vida en peligro, tanto si son un ex-agente del KGB que denuncia las graves irregularidades de los servicios secretos, como fue el caso de Aleksandr Litvinenko (muerto por envenenamiento de polonio) o valientes periodistas que arriesgan todo por intentar dar a conocer la verdad. Una de estas víctimas fue el detonante que llevó a Igort a profundizar en este tema: el cobarde asesinato, en el año 2006, de la periodista Anna Politkóvskaya, a quien dispararon en el ascensor de su propia casa por publicar información poco favorable a los intereses del gobierno.
Así pues nuestro narrador comienza el libro visitando ese mismo edificio, ese mismo ascensor donde Anna fue asesinada es el punto de partida de un viaje crudo y aterrador que nos llevará hasta Chechenia, una de las grandes obsesiones de Politkóvskaya, y nos convertirá en espectadores de primera línea del abuso, de la tortura y de la inhumanidad.
Numerosos testimonios (de madres chechenas, de soldados rusos, de víctimas de torturas...) en primera persona recogidos por el autor o por la periodista dan fe de la incruenta guerra/masacre llevada a cabo por el ejército ruso y de los escasos escrúpulos del gobierno a la hora de emplear el engaño o la mentira. Datos sorprendentes, bien documentados, contados con enorme honestidad en secuencias intensas y difíciles de olvidar que el dibujo desnudo y sin artificio de Igort plasma con una sobriedad tristemente hermosa, consiguiendo uno de esos escasos (y necesarios) ejemplos en los que el arte presta sus armas a la defensa de la libertad y del espíritu humano.
Frente a la barbarie, la injusticia y el horror podemos, cómodamente, cerrar los ojos o mirar hacia otro lado, pero nuestra obligación como personas es luchar contra la indiferencia. Obras como Cuadernos Rusos no serán recomendadas como lecturas de evasión o por su valor artístico, pero su razón de existir es indiscutible. Por eso agradecemos tanto este documental con dibujos hecho por Igort, porque es justo, honrado y necesario.
Cuadernos Rusos (La guerra olvidada del Cáucaso)
Igort
Salamandra Graphic
Tomos: 1
, que tiene ahora continuación con este Cuadernos Rusos (La guerra olvidada del Cáucaso), editado por Salamandra Graphic.
En Cuadernos Ucranianos, un título valiente, de lectura dura pero necesaria, se alejaba de su estilo habitual y por primera vez empleaba el género documental, reflejando muchas de las cosas que lo impresionaron en un viaje a la ex-república soviética, entrevistando a gente mayor que recordaba el terrible genocidio que Stalin llevó a cabo en Ucrania en los años treinta, y cediendo sus páginas para que su historia fuera contada. Ahora, en Cuadernos Rusos (La guerra olvidada del Cáucaso), Igort hace un escalofriante retrato de la vida y de la libertad en la Rusia de nuestros días.Aunque puede resultar increíble a nuestros ojos occidentales, la situación actual del gigante ruso es dantesca, desde hace unos veinte años el poder está en manos de grandes oligarquías financieras que gobiernan a su antojo, con la connivencia del estado. De las cenizas del régimen comunista nació una violenta dictadura disfrazada, con la complicidad de la comunidad internacional, de democracia.Todos y todas aquellos que osan levantar su voz contra los excesos del régimen de Putin ponen su vida en peligro, tanto si son un ex-agente del KGB que denuncia las graves irregularidades de los servicios secretos, como fue el caso de Aleksandr Litvinenko (muerto por envenenamiento de polonio) o valientes periodistas que arriesgan todo por intentar dar a conocer la verdad. Una de estas víctimas fue el detonante que llevó a Igort a profundizar en este tema: el cobarde asesinato, en el año 2006, de la periodista Anna Politkóvskaya, a quien dispararon en el ascensor de su propia casa por publicar información poco favorable a los intereses del gobierno. Así pues nuestro narrador comienza el libro visitando ese mismo edificio, ese mismo ascensor donde Anna fue asesinada es el punto de partida de un viaje crudo y aterrador que nos llevará hasta Chechenia, una de las grandes obsesiones de Politkóvskaya, y nos convertirá en espectadores de primera línea del abuso, de la tortura y de la inhumanidad.Numerosos testimonios (de madres chechenas, de soldados rusos, de víctimas de torturas...) en primera persona recogidos por el autor o por la periodista dan fe de la incruenta guerra/masacre llevada a cabo por el ejército ruso y de los escasos escrúpulos del gobierno a la hora de emplear el engaño o la mentira. Datos sorprendentes, bien documentados, contados con enorme honestidad en secuencias intensas y difíciles de olvidar que el dibujo desnudo y sin artificio de Igort plasma con una sobriedad tristemente hermosa, consiguiendo uno de esos escasos (y necesarios) ejemplos en los que el arte presta sus armas a la defensa de la libertad y del espíritu humano.Frente a la barbarie, la injusticia y el horror podemos, cómodamente, cerrar los ojos o mirar hacia otro lado, pero nuestra obligación como personas es luchar contra la indiferencia. Obras como Cuadernos Rusos no serán recomendadas como lecturas de evasión o por su valor artístico, pero su razón de existir es indiscutible. Por eso agradecemos tanto este documental con dibujos hecho por Igort, porque es justo, honrado y necesario.Cuadernos Rusos (La guerra olvidada del Cáucaso)IgortSalamandra GraphicTomos: 1 "Compartir en Facebook")
