Los maestros cerveceros: un «culebrón» con letras de oro
Para much@s de l@s komiker@s habituales esta reseña no contará nada o casi nada de lo que no hayamos hablado personalmente en más de una ocasión, al ser Los maestros cerveceros una de las obras más emblemáticas y, hasta que se agotó la anterior edición, el título más vendido en la historia de Komic Librería.
Son varias las causas que se han de dar para que determinados títulos alcancen cifras de ventas tan llamativas como en este caso o el que en los últimos años se ha dado con Los mundos de Aldebarán de Leo. Género, temática y calidad de la obra son imprescindibles pero también contribuye un precio ajustado, es más, muy económico, como el que en su día la editorial Planeta puso a estas dos colecciones en su primera edición en España. Los Maestros cerveceros es la saga de una familia belga que comienza con el nacimiento de la industria cervecera como tal, en torno a 1850, y se prolonga hasta los años 90 del siglo XX, época en la que se realizó.
El género folletinesco sirve a su guionista Jean Van Hamme, al que siempre hemos considerado uno de nuestros favoritos, para desarrollar uno de sus trabajos más redondos. Planificada con la precisión de un relojero suizo, perfectamente enmarcada por los acontecimientos históricos que transcurren en Europa a lo largo de 150 años y plagada de geniales giros hacen de esta obra una apuesta segura casi para cualquier lector más cuando el dibujo de Francis Vallès, cercano a la línea clara y al estilo de la clásica escuela franco-belga, se ajusta y apoya con virtuosismo tan estupendo guión.
La trama comienza en la abadía de Drop, localidad de arraigada tradición cervecera donde el joven novicio Charles presta mucha más atención a los secretos que los abades van compartiendo con él sobre la fabricación de su cerveza que al estudio del latín y de las sagradas escrituras. A dos meses de cumplir 19 años, la fecha fijada para la toma de sus votos, es sorprendido en compañía de una joven en plena aventura amorosa y es expulsado de la congregación. A partir de ahora este joven se empeñará en materializar sus conocimientos y fabricar una cerveza de más calidad que la del cacique local que domina el mercado desde hace tiempo. En los primeros capítulos este tema de la fabricación será uno de los que aportarán interés a la narración que engancha desde la primera página. Más adelante todos los ingredientes propios del género irán apareciendo y encajando como las piezas de un engranaje perfecto. Desavenencias, intrigas y rivalidades dentro y fuera de los clanes familiares se irán sucediendo con el paso de los años y las generaciones y darán paso, tras la Segunda Guerra Mundial, a disputas empresariales en las que las finanzas jugarán un importante papel en el desarrollo de los acontecimientos.
No olvidemos que Van Hamme es un experto conocedor del mundo de la gran empresa, estudió administración y ha trabajado en el departamento de marketing de Philips. Estos conocimientos son palpables tanto en la obra que nos ocupa como en la saga de Largo Winch cuyo protagonista es el heredero de un imperio económico. XIII y Thorgal son sus otras grandes sagas, además ha guionizado dos álbumes de Blake y Mortimer, cinco de Lady S, dos de Wayne Shelton y un buen número de títulos de los que destacaríamos la que, al igual que Thorgal, está dibujada por Rosinsky, El gran poder del Chninkel, que vuelve a estar disponible en España en una más que aceptable edición coloreadada. Todos estos álbumes y algunos más si contamos las continuaciones y series paralelas que están actualmente siendo escritas por otros guionistas, superan la centena y están permanentemente en nuestras estanterías como una constatación de que Van Hamme es uno de nuestros guionistas preferidos y piedra angular del cómic europeo, no en vano se cumplen ahora 50 años del inicio de su carrera que comenzara con la publicación de Epoxy en 1968.
Dolmen nos presenta ahora la obra completa en dos tomos, cada uno de los cuales contiene cuatro capítulos, con un formato ajustado que permite disfrutar plenamente del minucioso dibujo de Vallès. Tal vez las portadas de los integrales no están a la altura de las ocho originales, una por capítulo que el editor ha tenido a bien incluir como extras, al intentar plasmar con personajes de referencia las distintas épocas que recoge cada tomo. Se entiende pero el acabado digital se aleja del concepto estético original. Por lo demás nada que objetar a esta cuidada edición de Dolmen que además, dada la calidad de la obra, tiene un precio bien ajustado.
En resumen, nos alegra enormemente contar de nuevo con este best-seller de fondo en nuestra librería, el ejemplo perfecto de un título que se disfruta más al releerlo, que cualquiera puede recomendar incluso a personas que no suelen leer cómics y que además genera y fideliza a nuevos lectores.
Los maestros cerveceros
Jean Van Hamme / Francis Vallès
Dolmen
Tomos: 2